26 diciembre 2013

Este año pensé que no iba a escribir el día de mi cumpleaños no se quizás porque este año no lo merecía o porque ya no tenía nada que contar o que decir yo que siempre me he jactado de que “siempre tengo algo que decir” y que nunca me falta conversación claro cuando ponen tema  y cada vez que digo algo así de cursi y de repente aunque siga siendo el más joven allá donde voy algo que no durara eternamente me doy cuenta de que solo soy polvo del patito feo que fui e ingenuo de los libros, no soy la madurez en persona quizás un poco la sensatez y la responsabilidad y aunque con algunas cervezas de más me he sentido algo más desdichado en esta carrera que es mi vida de querer siempre llegar más lejos y un poco más alto al final resurjo ¿demasiada ambición?, ¿demasiado inconformismo? ¿Demasiado idealismo inútil? 
Idealismo inútil que se va apagando cada día un poquito más sobre todo cuando escucho las noticias desalentadoras de un futuro hostil e imprevisible y yo pensé que este año no me regalaría la carta homenaje egocéntrico que siempre me auto escribo si para mi esa persona oculta que viaja conmigo y está conmigo esa voz interior a la que a veces desprecio y otras halago esa voz que sonaba antes infantil y a veces lo sigue siendo cuando hablo algo importante, si puede que ese sea yo a mis 27 recién estrenados más comúnmente un quiero y no puedo que no sabe a dónde ha de girar para saber cómo encontrar eso que llamaban los guerreros celtas antiguos destino porque estos 27 años en mayor o menor medida siempre me he preguntado ¿estamos aquí por algo? más lejos aún para algo y algo que no sé qué es como una Ítaca incandescente que se asoma a veces y otras desaparece camuflándose en anhelos y sueños perdiéndose en eso que llaman rutina que vuelve siempre vorazmente para que dejemos de soñar que algún día aquellas extrañas sensaciones de conseguir remover y cambiar esta sociedad y este mundo cruel y desbordado pudieron ser ciertas a los 27 sigo siendo apasionado con lo que me gusta ¿algo mejor? sigo sufriendo intensamente con lo que me disgusta sigo mirando al horizonte a mis 27 sigo recordando a ese niño pequeño que fui y no disfrute sigo emocionándome y no quiero que eso desaparezca e incluso a veces sigo luchando persistencia y constancia hacer las cosas bien aunque parezcas un desastre sigo teniendo fe en las personas en los vínculos que se crean con el tiempo como si tiempo fuera un ente más y sigo reflexionando en 27 años he perdido gente en el camino gente que fue cercana con la que abrí el corazón y descubrí pensamientos con la que compartí risas y llantos secretos y los perdí tal vez por mi culpa, tal vez por ellos, tal vez porque la vida es así y luego el tiempo volvió a poner a otra gente en este camino de curvas y encrucijadas en esta carretera de vida llevo una mochila y a alguien de la mano pero sobre todo en la mochila que imagino de cuero esa mochila que no me compro porque no encuentro “la mochila” la perfecta donde volcar todas mis vivencias mis libros mis historias mis deseos mis defectos porque no la encuentro aun aunque por el camino sigan sonando canciones que me inspiran vea sonrisas que me animan y tenga el cariño y amor reciproco de quienes más me importan ¿afortunada? la respuesta es sí y ojala siempre sea así, mi Ítaca tiene forma de Alaska la mochila que dibujo mentalmente no ha aparecido pero el sentido de mi vida se perfectamente que nombres tiene…

¡Felicidades yo! que irónica la vida verdad?